La votación mostró una clara división entre los partidos. Los votos en contra provinieron de MÉS per Mallorca, mientras que El PI y el PSIB optaron por la abstención. Por su parte, PP y Vox votaron a favor del nombramiento.

Los socialistas explicaron que su rechazo se basaba en evitar "el espectáculo político" y "la instrumentalización" de la Casa Real. El presidente de la Hermandad Nacional Monárquica de España en Baleares, José Fernández, indicó que la propuesta de nombrar a la princesa Leonor como Hija Adoptiva de Mallorca partió "exclusivamente" de su federación. Aunque Vox lo propuso en octubre pasado, la Hermandad fue quien trabajó la propuesta.

David Gil, portavoz adjunto de Vox, defendió el nombramiento argumentando que la princesa Leonor "ha mostrado un cariño especial por la isla, ha apreciado y valorado las costumbres y ha mostrado un interés genuino y admiración sincera por Mallorca". Gil criticó la abstención del PSIB, afirmando que este rechazo demostraba "un compromiso con la fragmentación del país".

Por otro lado, Núria Riera, portavoz del Partido Popular, también apoyó la propuesta, destacando que la Hermandad Monárquica fue quien propuso el nombramiento y que, según sus cálculos, contaba con los votos suficientes para ser aprobado. Riera consideró que los argumentos de la oposición eran "excusas" y sugirió que el rechazo tenía "motivos políticos detrás". Según ella, "al PSIB solo le interesa la Familia Real cuando puede sacar rédito político".

Este rechazo contrasta con la reciente decisión de Zaragoza, donde la princesa Leonor fue nombrada Hija Adoptiva el pasado 21 de mayo. Además, recibió la Medalla de las Cortes de Aragón y la Medalla de Aragón como homenaje por su estancia en la localidad durante su formación militar en la Academia General Militar.

El debate sobre el nombramiento de la princesa Leonor como Hija Adoptiva de Mallorca refleja las tensiones políticas en torno a la monarquía. Mientras unos ven en la figura de la heredera al trono una oportunidad para fortalecer la unidad y el vínculo con la ciudadanía, otros temen la politización de la Casa Real y prefieren evitar que se convierta en un tema de división partidista.